El gato que no está triste, pero sí es azul

Linda Xelda
Gatetes

Si, lo sé, la canción hace referencia a un gato triste y azul, pero este gato azul, no tiene razón alguna para estar triste.

Las cabezas infantiles son una fuente muy poderosa de ideas, sin límites y repletos de creatividad. Llevar a cabo un proyecto así, es de las cosas que más me gustan.

«Mami, quiero un gato azul para la habitación», la petición era clara, y más clara era la idea que tenía en su cabeza, llenando de detalles su solicitud.

Linda Xelda
Proyecto

Buscamos entre los retales que tenía y salió ganador de tan distinguido privilegio, un sobrante de una sábana que había utilizado para ajustar a una cama pequeña. Cuestión de aprovechamiento.

Le pedí que hiciese el diseño, algo que les encanta hacer a los críos, darles un bolígrafo y un papel, y dejarles que hagan lo que se les ocurra. Lo bueno de esto es que suelen ser diseños sencillos.

Linda Xelda
Croquis y proyecto del cojín

Con todo lo necesario en mi poder y amante del aprovechamiento y el reciclaje, decidí rescatar una almohada de cuna que tenía guardada de cuando era bebé. Corté el retal para hacer lo que sería una funda de almohada, no sin antes ponerle los detalles que la haría convertirse en un gatito azul muy cómodo y feliz.

Linda Xelda
Relleno para el cojín

Una vez cortada, antes de coser, bordé la carita, del gato. La nariz, preferí darle un poco de volumen y la hice superpuesta y rellena, para darle el efecto «blandito».

Una vez hecha la cara, ya podía empezar a cerrar la funda. Las orejas, también rellenas con algo de guata, las cerré con la primera costura.

Linda Xelda
Bordado y Listo para montar

Le puse patitas, a petición del solicitante, unas «patitas monas» y una cola larga, todo relleno para darle toque peluche, darle cuerpo.

Pues hale, a cerrarlo y montarlo todo. La verdad es que fue muy fácil, un diseño sencillo, pocos detalles y una tela agradecida, aunque todo ello no implica deficiencia; como decía Coco Chanel «menos, es más«.

Una vez puesto el relleno, quedó un «gatete» bastante amoroso y, sorprendentemente, decorativo.

Hemos dado otra oportunidad a una almohada de cuna, un retal sobrante de una funda de una sábana y a la ilusión de un chico que adora los gatos, el anime y los abrazos, en definitiva UN GATO FELIZ Y AZUL.

Símbolo de sabiduría (Costura-cuentos 1)

Con el tiempo me iréis conociendo un poco mejor y descubriréis que tengo pasión por todo aquello que tiene una historia detrás; y yo os la contaré.

Cuando hablo con alguien y me dice, lo que yo llamo «la frase» y es, «Oye, ¿tu podrías hacerme…..?; es que siempre he querido/me ha gustado……». Justo en ese momento me brillan las pupilas y sé que debo hacer magia y cumplir un deseo.

Este pedido me pareció especial por el significado del mismo.

La chica que me pidió este delantal o mandil es profesora de niños pequeños. Es una chica para la que la docencia es su vida. Le encanta lo que hace, le gusta, se compromete y lo transmite. Es una persona respetada y respetuosa.

La descripción del pedido fue sencilla «quiero algo cómodo, pero que refleje a qué me dedico y que no sea demasiado serio. ¡Doy clase a niños!».

Tras ultimar detalles llegamos a la conclusión de que el búho es un buen símbolo de la sabiduría, algo que imparte todos los días.

Encontramos esta tela y llegó la acción. Quise darle un toque distinto, personal, de ahí que decidiera ponerle los bolsillos en diferentes colores, para hacerlo más divertido y coser en él a qué se dedica y colocarle unos búhos posados en las letras.

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El primer día de cole, me comentó mas tarde, estuvo pensando en quitarse el delantal porque los niños solo prestaban atención a su atuendo, quedaron pasmados mirando a los búhos y le costó bastante atraer de nuevo la atención de los pequeños.

Lo más importante para mí fue conseguir llevar una aspiración a algo material.

Gracias y a disfrutarlo ¡¡¡y que tus niños sean grandes sabios!!

P.D.: A ver quien me dice de qué es profesora

L. X.