Si, lo sé, la canción hace referencia a un gato triste y azul, pero este gato azul, no tiene razón alguna para estar triste.
Las cabezas infantiles son una fuente muy poderosa de ideas, sin límites y repletos de creatividad. Llevar a cabo un proyecto así, es de las cosas que más me gustan.
«Mami, quiero un gato azul para la habitación», la petición era clara, y más clara era la idea que tenía en su cabeza, llenando de detalles su solicitud.
Buscamos entre los retales que tenía y salió ganador de tan distinguido privilegio, un sobrante de una sábana que había utilizado para ajustar a una cama pequeña. Cuestión de aprovechamiento.
Le pedí que hiciese el diseño, algo que les encanta hacer a los críos, darles un bolígrafo y un papel, y dejarles que hagan lo que se les ocurra. Lo bueno de esto es que suelen ser diseños sencillos.
Con todo lo necesario en mi poder y amante del aprovechamiento y el reciclaje, decidí rescatar una almohada de cuna que tenía guardada de cuando era bebé. Corté el retal para hacer lo que sería una funda de almohada, no sin antes ponerle los detalles que la haría convertirse en un gatito azul muy cómodo y feliz.
Una vez cortada, antes de coser, bordé la carita, del gato. La nariz, preferí darle un poco de volumen y la hice superpuesta y rellena, para darle el efecto «blandito».
Una vez hecha la cara, ya podía empezar a cerrar la funda. Las orejas, también rellenas con algo de guata, las cerré con la primera costura.
Le puse patitas, a petición del solicitante, unas «patitas monas» y una cola larga, todo relleno para darle toque peluche, darle cuerpo.
Pues hale, a cerrarlo y montarlo todo. La verdad es que fue muy fácil, un diseño sencillo, pocos detalles y una tela agradecida, aunque todo ello no implica deficiencia; como decía Coco Chanel «menos, es más«.
Una vez puesto el relleno, quedó un «gatete» bastante amoroso y, sorprendentemente, decorativo.
Hemos dado otra oportunidad a una almohada de cuna, un retal sobrante de una funda de una sábana y a la ilusión de un chico que adora los gatos, el anime y los abrazos, en definitiva UN GATO FELIZ Y AZUL.